Éranse unas eras y fuéronse unos seres que, juntados de
manera premeditada y mediante métodos aún desconocidos, coincidieron en espacio
y tiempo en frente de un Gran Oráculo, tan grande como les quepa imaginárselo a
ustedes.
Este Gran Oráculo propuso a cada una de estas personas poder
disfrutar tan sólo con dar su sincera aprobación de la siguiente situación:
Pasar a vivir de la noche a la mañana, en una paradisíaca
isla:
Bañada por las cálidas aguas de un mar tropical,
Lleno de vida pero sin
ningún tiburón,
Con divertidas olas y apenas rocas,
Con arena que calienta pero
no quema,
Sol que broncea suavemente,
Atardeceres de 3 horas,
Bosques tapizados
por musgo donde caminar descalzo y una variada fauna salvaje pero amable.
La
persona que allí fuere podría llevar consigo a su pareja, sus hijos, su media
naranja o su cuarto de pollo.
Ante tal proposición y tras una pequeña pausa para meditar
su respuesta, cada una de estas personas desfiló ante el oráculo y contestó a
la proposición. No sabemos apenas nada de porqué escogieron a cada una de estas
personas, lo que si sabemos es que cada una había nacido en una década
diferente.
La persona nacida en los 50, alzándose de hombros y con una
sonrisa afable dijo:
-
-Me encantaría, si fuera joven lo haría sin
dudarlo. ¡pero yo ya estoy muy mayor para estas cosas! ¿Qué van a decir de mí,
si me marcho así por las bravas? Je je je
Y dando la espalda a los demás salió por una minúscula
puerta que acababa de aparecer en una pared de la cual no habíamos tenido
constancia hasta que ésta persona llego a ella.
La persona nacida en la década de los 60, se dirigió
seriamente al tribunal:
-
-Disculpen pero, no sé el motivo de haber
aparecido aquí, sin avisar. Explíquenme como poder volver a mi casa. Además,
tengo unos hijos que educar, ¿Dónde van a estudiar? ¿Encima de un cocotero? Éstas
cosas están muy bien en las películas, pero seguro que a las dos semanas todo
el mundo se querría volver. Gracias, pero no acepto. Y ahora si me pueden
indicar la salida.
Se oyó un rumor en la sala, nadie le indicó nada pero, al girarse a la izquierda,
percibió una puerta que siempre había estado allí y de la cual únicamente ella
no se había percatado.
El siguiente turno, fue para la persona nacida en los 70,
que, cabizbaja se acercó hasta el oráculo y así hablo:
-
-Pues la verdad es que es una oferta inmejorable,
es lo que siempre he querido hacer, además me llevaría a mi pareja que le
vendrían bien unas vacaciones. ¿Hay algún tipo de trabajo que pudiera hacer
allí mientras? El problema es que estamos pagando una hipoteca y si nos fuéramos
de un día para otro mis padres verían su piso embargado y se quedarían en la
calle porque ellos pusieron el aval. No puedo aceptar, me tienen pillado.
Esta persona no necesito ayuda, ya había visto su puerta
correspondiente y después de despedirse cariñosamente de todos, enfilo hacia
ella.
Casi habían terminado, era el turno de la persona nacida en
los 80, que acercándose al Oráculo le preguntó:
- -¿Dónde hay que firmar?
Llamó a su pareja, que aparecío a su lado, y pasaron a
iniciar el viaje hacia la isla.
Por último, La única y joven persona que quedaba en el lugar
pidió la palabra, era aquella de la generación de los años 90, que se pronunció
de esta manera:
-Hola señores, ¿Estoy a tiempo verdad? ¿Aunque el de antes
haya dicho que sí? Verán tengo un problema y es que si voy allí tengo una
persona que diría que sí fijo y todo, el problema es que en una isla
desierta……¿Dónde podría recargar el móvil?
Y haciendo un movimiento en la pantalla de su Smartphone,
salió volando por los aires.