sábado, 20 de agosto de 2016

En el camino.

Y cuando Jack Kerouak podia hacer un hueco con la palma de su mano y sentir la vida retorciendose de alegria, flotando pero sin llegar a rozar su piel, un pequeño y adorable kodama etéreo que se convertía en una atronadora, imparable y apabullante energía y amor por esta vida y todas las que estaban por venir. No sé en qué pensaba, pero sonreía con su mirada fija en lo que tenía adelante.

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